brain biology anatomy think 2676370Image by <a class="fal-attribute" href="https://pixabay.com/photos/brain-biology-anatomy-think-2676370/?utm_source=link-attribution&utm_medium=referral&utm_campaign=image&utm_content=Free Media Assets">geralt</a> from <a href="https://pixabay.com/photos/brain-biology-anatomy-think-2676370/?utm_source=link-attribution&utm_medium=referral&utm_campaign=image&utm_content=Free Media Assets">Pixabay</a>
Los efectos de las ondas electromagnéticas de frecuencia extra baja en el sistema nervioso humano
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En 1962, el científico estadounidense Allan H. Frey realizó experimentos usando microondas pulsadas para manipular el sistema nervioso humano a distancia. Afirmó que esta energía podría utilizarse para explorar la codificación del sistema nervioso y estimular el sistema nervioso sin daño de electrodos.

Frey fue el investigador más activo sobre los bioefectos de la radiación de microondas en los Estados Unidos durante dos décadas, causando que las ratas se volvieran dóciles, alterando comportamientos específicos y causando que los corazones de las ranas aisladas dejaran de latir. En 1975, Frey publicó su investigación sobre la barrera hematoencefálica, donde el tinte penetró en el cerebro de las ratas.

Sin embargo, en 2012, Frey afirmó que la American Brooks Air Force falsificó su experimento, permitiendo que el tinte se inyectara en los intestinos en lugar de la sangre. Esto llevó a la financiación de la investigación abierta de microondas-bio que se cerró en los Estados Unidos, dejando al público en general sin conocimiento de la posibilidad de controlar la actividad cerebral a distancia.


En 2020, la Academia de Ciencias de Estados Unidos publicó un estudio sobre el síndrome de La Habana, sugiriendo la energía de radiofrecuencia pulsada dirigida como el mecanismo más plausible para el síndrome. Sin embargo, CNN publicó un artículo en 2023 negando la validez del informe y alegando que no hay evidencia creíble de que un adversario extranjero tenga un arma o dispositivo de recolección capaz de causar el síndrome de La Habana.

Este intento de negar la validez del informe científico y ocultar el hecho de que las microondas pulsadas pueden ser utilizadas para atacar al público. Los experimentos científicos han demostrado que las frecuencias extra bajas de radiación electromagnética pueden producir efectos en el sistema nervioso humano, con neuronas llenas de iones actuando como antenas.

En 1983, Friedeman Kaiser de la Universidad de Stuttgart dio clases sobre los efectos de las frecuencias electromagnéticas del ELF en el sistema nervioso humano, afirmando que estas frecuencias producen corrientes eléctricas en el electrolito dentro del tejido nervioso.


Científicos chinos realizaron un experimento en 2014 para determinar la conductividad de microondas de las soluciones electrolíticas. Encontraron que una solución de sal, que contiene iones de sodio y cloruro, es conductiva para microondas de hasta 20 GHz de frecuencia. Esto sugiere que si las microondas son pulsadas en las frecuencias de neuronas en el cerebro, serán "entrañables" para oscilar con esas frecuencias.

La organización MCS America confirmó esta conclusión en su estudio sobre sensibilidad a campos electromagnéticos. El experimento también confirmó la veracidad de las teorías de conspiración, con 20 voluntarios expuestos a pulsos de 217 Hz en telefonía celular, y 30 voluntarios experimentando cambios en EEG durante el sueño.


El sistema nervioso funciona digitalmente, con impulsos nerviosos sincronizados por un gran número de neuronas. Esto permite un control completo de la actividad del cerebro humano, incluidos los pensamientos. En 1985, Robert Becker publicó un experimento con hipnotizadores siendo irradiados con energía electromagnética modulada en las partes subconscientes del cerebro.

Los resultados nunca fueron publicados. Los servicios secretos estaban trabajando en tecnologías para imponer pensamientos a los humanos usando microondas pulsadas para transmitir el habla humana en frecuencias de ultrasonido.

Los gobiernos pueden manipular los pensamientos mediante microondas pulsadas en el cerebro, mientras que las ondas electromagnéticas extragrandes pueden llegar a los cerebros en grandes áreas.

Sin embargo, las legislaciones de todo el mundo no prohíben tales acciones, excepto en Chile y Brasil. Los neurotécnicos de todo el mundo piden legislación que proteja a las personas contra esas manipulaciones. 11 organizaciones mundiales presentaron a la Unión Europea una propuesta de legislación de ese tipo.

¿Existen efectos por ondas electromagnéticas de frecuencia en el sistema nervioso humano?

globalresearch.ca

https://www.globalresearch.ca/why-governments-around-world-classify-information-about-effects-pulsed-mirowaves-extra-low-frequency-electromagnetic-waves-human-brains/5839545
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