image
Image from lagado.net
  1. Con el fundamento de la seguridad pública se imponen medidas draconianas 
  2. Se estima que en Hong Kong se colocaran hasta 60000 cámaras de vigilancia 
  3. La implementacion de IA en estos sistemas es considerado natural 
  4. Considerando los casos y crímenes reales en los que son utilizadas, es evidente que el despliegue de estas tecnologías esta más relacionado con la vigilancia masiva, que por razones de seguridad 

Día tras día puede verse el rápido avance de la tecnología digital impuesta sobre la población bajo el dudoso fundamento de la seguridad pública.

Los gobiernos de todo el mundo han adoptado innovaciones como la biométrica y las cámaras de vigilancia, proclamando su despliegue como herramientas vitales para mantener el orden y garantizar la seguridad.

Siendo que estas herramientas sirven predominantemente como mecanismos de control y opresión, en lugar de genuinas salvaguardias protectoras para la población. Este encubrimiento donde se las presenta como "seguridad" potencia la maligna naturaleza de su despliegue.

Aproximadamente 60.000 cámaras de vigilancia

Hong Kong, una ciudad largamente celebrada por su vitalidad y resiliencia, es también uno de los más significativos ejemplos sobre la vigilancia digital y más aún recientemente con su ambicioso plan de expandir su red de vigilancia pública a 60.000 cámaras CCTV sin precedentes para 2028.

Esta expansión constituye una de las mayores mejoras de vigilancia en la ciudad desde la implementación de la Ley de Seguridad Nacional, por supuesto en el año del cierre de telón a la humanidad: 2020.

Fue una medida legislativa introducida bajo el pretexto de salvaguardar la estabilidad nacional pero criticada por sus draconianas medidas contra disidentes y activistas.

La integración de la inteligencia artificial en esta extensa red es el núcleo de todo este despliegue. Estos sistemas de IA están diseñados para funciones como lectura de matrículas, análisis de multitudes y seguimiento de sospechosos.

Aunque aparentemente inofensiva en teoría, en la práctica, estas capacidades efectivamente convierten a todos en un sospechoso en potencia.

La vigilancia es natural en las tecnologías

Ningún individuo está exento de escrutinio; el monitoreo perpetuo erosiona la privacidad personal y crea un ambiente de prisión con perpetua vigilancia donde los ciudadanos inocentes son sometidos a chantajes, hostigamientos e incluso castigos inadvertidos basados en interpretaciones vagas sobre su comportamiento.

Según Chris Tang, un jefe de seguridad, emplear IA para el rastreo de "sospechosos" es una extensión «natural» de las tecnologías de vigilancia existentes. De hecho, la actual infraestructura de vigilancia ya abarca el monitoreo de multitudes y la lectura de matrículas.

Esto nos deja en claro que estas tecnologías digitales tienen como propósito natural la vigilancia e identificación biometrica. Por lo tanto creer que expandir estas capacidades equivale a un desarrollo benigno ignora la intención subyacente.

La vigilancia, en este contexto, no es un instrumento neutral para la seguridad; es un medio deliberado de control social destinado a mantener el autoritarismo sobre la población.

Además, imponer sistemas de vigilancia con ia, fundamentándose que es como «una extensión natural» de las tecnologías existentes, son en realidad declaraciones que sirven para normalizar la naturaleza omnipresente de la vigilancia, haciéndola parecer una progresión tecnológica inevitable.

La privacidad de todos destruida para resolver unos pocos casos

Estas afirmaciones sobre seguridad, sin embargo, se desmiente con la realidad: el despliegue de esos sistemas ha dado, en la práctica, unos pobres usos y resultados, pero mostrados como impactantes, considerando el numero de personas afectadas en masa por el escrutinio y vigilancia digital.

A pesar del carácter integral de estos sistemas, sólo han resuelto 400 casos. Esta ineficiencia pone de relieve claramente que el verdadero propósito de estas actividades masivas de vigilancia no es la prevención del delito ni la mejora de la seguridad.

En cambio, sirven como mecanismos de opresión, chantaje y manipulación de los derechos de privacidad, convirtiendo a los ciudadanos en sujetos sometidos a una vigilancia implacable.

La diferencia entre el propósito pretendido de tales sistemas y su uso real deja la realidad a la vista de forma indiscutible: la digitalización y la vigilancia son intrínsecamente herramientas de control.

Su despliegue genera miedo, ahoga el disentimiento y consolida la autoridad sin que tenga que manifestarse violentamente

El argumento de que estas medidas son necesarias para la seguridad es vacío cuando los prometidos beneficios - como la resolución de casos - son mínimos en comparación con la intrusión generalizada en la vida cotidiana y la privacidad personal.

La situación de Hong Kong ofrece una realidad que sirve de advertencia para todas las poblaciones del mundo, ya que muchos estados planean la ampliación de la infraestructura de vigilancia.

Cuando los avances tecnológicos son impulsados por motivos de control y no por el bien colectivo, representan una amenaza fundamental para las libertades civiles y los derechos humanos.

El supuesto objetivo de aumentar la seguridad se convierte en un pretexto para reprimir el disentimiento y manipular a la sociedad mediante un escrutinio constante e invasivo.

La ilusión de la seguridad: la expansión de las tecnologías de vigilancia y la realidad de la opresión
Reference:

Loading spinner