
- El pretexto de la seguridad pública es empleado para imponer medidas digitales
- Estas herramientas son útiles para controlar y oprimir a la población
- Los sistemas de alertas y eteiquetados contra "contenidos peligrosos", son en realidad una forma de censura sutil.
- También implica una vigilancia constante y la erosión de la privacidad
Tanto los gobiernos como las empresas han ocultado sus iniciativas de vigilancia bajo el pretexto de proteger la seguridad pública.
Lo que aparentan como medidas de seguridad necesarias son, en realidad, herramientas sofisticadas diseñadas para reprimir la disidencia e infringir la privacidad individual.
Leyes de etiquetados y advertencias
Recientemente se han presentado proyectos de ley que ordenan etiquetas de advertencia en redes sociales y monitoreo de conversaciones de chatbot de IA.
Este tipo de legislación para supervisar y examinar las interacciones de IA ha sido justificada como necesaria supuestamente para prevenir el uso indebido o actividades maliciosas.
Estas medidas irónicamente la presentan como protección contra la desinformación o el contenido dañino, pero no son esfuerzos genuinos para informar o proteger a los usuarios; todo lo contrario son parte de un sistema más amplio de acoso dirigido a disidentes y críticos.
Con esto, por ejemplo, pueden fácilmente marcar cualquier información de desinformación, teniendo así un marco legal para la censura.
Patrullaje del discurso
Al imponer alertas que marcan cierto contenido o comportamiento del usuario, las autoridades y las corporaciones tecnológicas pueden legítimanmente monitorear y controlar constantemente lo que los individuos ven y dicen, erosionando la privacidad.
Lo que se describe como una medida de seguridad es con toda claridad una herramienta para silenciar la disidencia e intimidar a quienes critiquen ciertas políticas, como la digitalización.
Además, el monitoreo de las conversaciones de chatbot de IA es una invasión de la privacidad disfrazada como un protocolo de seguridad.
Sin embargo, este seguimiento permite a las autoridades acceder a los detalles más íntimos de las conversaciones privadas.
Erosionando la privacidad
Esto permite crear una red de vigilancia que se extiende sobre datos personales que deben ser únicamente empleados por las personas. Un sistema que revisa todas las conversaciones, convierte cada interacción en una supuesta evidencia, de disentimiento potencial.
Este tipo de medidas con gran facilidad pueden servir para otros propósitos como rastrear e intimidar a disidentes, activistas y ciudadanos comunes, enfriando la libertad de expresión y fomentando un ambiente de sospecha y miedo.
La justificación de esas medidas invasivas con el pretexto de la seguridad es un fraude. Al enmarcar estas advertencias y sistemas de monitoreo como esenciales para la seguridad, en realidad están normalizando la vigilancia como una necesidad inevitable de la vida moderna.
Esta creciente marea de supervisión se correlaciona con un patrón más amplio de vigilancia y supervisión sobre las conversaciones privadas que está sucediendo alrededor del mundo.
