pomeranian bay stettiner haff 11128Image by <a class="fal-attribute" href="https://pixabay.com/photos/pomeranian-bay-stettiner-haff-11128/?utm_source=link-attribution&utm_medium=referral&utm_campaign=image&utm_content=Free Media Assets">WikiImages</a> from <a href="https://pixabay.com/photos/pomeranian-bay-stettiner-haff-11128/?utm_source=link-attribution&utm_medium=referral&utm_campaign=image&utm_content=Free Media Assets">Pixabay</a>
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  1. Gracias a las afirmaciones más decadentes, ordinarias y delirantes, están imponiéndose toda clase de proyectos de control digital, uno de ellos es Climate TRACE 
  2. Es un sistema de vigilancia digital, para controlar emisiones 
  3. Usa datos satélitales y otros sistemas de rastreo 
  4.  Es extremadamente preciso para identificar, ya que usa sistemas de IA
  5.  En un futuro no muy lejano, esta clase de sistemas podrán vigilar mucho más que las supuestas emisiones
  6.  Tienen el potencial de ser sistemas de vigilancia totalitaria, oprimiendo a las personas a cumplir conductas bajo la amenaza de represalias legales

Con la ayuda de la incesante propaganda sobre el cuestionable cambio climático, se están desplegando toda clase de proyectos de vigilancia digital masiva.

Climate TRACE de Al Gore surgió como una iniciativa innovadora - un ambicioso proyecto que fusiona datos satelitales con inteligencia artificial para detectar emisiones de gases de efecto invernadero en cualquier lugar de la Tierra.

Y todo esto es auspiciado gracias a la miserable, grotesca y ordinaria excusa de que es para «rastrear hasta el último pedo de vaca» debido a que el nivel intelectual de la población no da el talle para ver la decadencia en estas afirmaciones.

Ellos podrán, no sólo identificar cada molécula de metano que escapa de granjas, fábricas o vehículos, sino también controlar cada aspecto de la vida humana.

Pero bajo la cubierta de la salvación ambiental se encuentra una realidad más oscura y opresiva: un sistema de vigilancia que amenaza la privacidad individual, la libertad personal y la base misma de la autonomía humana.

Un vigilante global que ve cada kilómetro cuadrado

Climate TRACE emplea una vasta red de satélites, análisis espectral y algoritmos de IA para monitorear las emisiones a una escala sin precedentes. Puede identificar las emisiones de edificios individuales, permitiendo a las autoridades - o entidades corporativas - ver exactamente cuántos gases de efecto invernadero emite una sola fábrica o rascacielos.

¿Uso de fertilizantes? Las firmas espectrales de los compuestos de nitrógeno se analizan para inferir la aplicación de fertilizantes en las granjas.

¿Cosechas? Identificados con precisión campo por campo, ubicación por ubicación, revelando prácticas agrícolas con asombrosa granularidad. El sistema espía efectivamente cada kilómetro cuadrado del planeta, recogiendo un torrente abrumador de datos que luego se hace públicamente accesible.

Esta transparencia podría parecer beneficiosa - después de todo, responsabiliza a los contaminadores, ¿verdad? Te equivocas. Porque estos datos no son sólo para la rendición de cuentas

Es el núcleo de un creciente aparato de vigilancia que puede imponer el cumplimiento de cualquier norma mediante multas y restricciones automatizadas, por mas absurdas y delirantes que sean.

Y otorgando omnipresencia tanto a los gobiernos como a las corporaciones para que puedan monitorear, penalizar y restringir la actividad basada en datos de emisiones en tiempo real.

Un panóptico digital en funcionamiento

A nuestro alrededor se está desenvolviendo un mundo donde cada emisión, cada desviación de la norma, se señale instantáneamente. Los sistemas automatizados pueden imponer multas o restricciones sin intervención humana.

Toda esta infraestructura de control se está construyendo ahora - precisamente lo que el Foro Económico Mundial (FEM) y sus aliados exigen - para hacer cumplir las políticas climáticas con una precisión implacable. ¿El objetivo? Lograr un futuro «emisión-cero» por cualquier medio necesario, incluso si significa sacrificar la privacidad personal y las libertades en el proceso.

Esto no es hipérbole. La tecnología ya es capaz de monitorear las emisiones a un nivel tan detallado que puede inferir el uso de fertilizantes, identificar el tipo de cultivos que se cultivan e incluso detectar las emisiones de metano en cada zona.

El sistema crea efectivamente un estado de vigilancia digital que observa cada hectárea de tierras agrícolas, cada sitio industrial y cada área urbana.

La opresiva realidad escondida detrás de la cortina verde

Los defensores de Climate TRACE lo consideraran como una herramienta para salvar el planeta, mientras que cualquiera puede adviertir que en realidad es un sistema opresivo, un panóptico digital global. La privacidad es sacrificada en el altar de la avaricia y poder encubierta como preocupación climática.

Los ciudadanos, los agricultores y las industrias están sometidos a un monitoreo constante, espiando cada movimiento, cada aliento que toman, cada recurso que usan. Los datos recogidos no son sólo para una evaluación ambiental; es la base de un régimen de vigilancia que multa, restringe y castiga automáticamente el incumplimiento de cualquier imposición que quieran generar las opresivas instituciones.

Negarse a cumplir o intentar evadir la detección podría dar lugar a sanciones financieras, restricciones a la circulación o incluso sanciones penales, mecanismos ya existentes o que se están desarrollando rápidamente. El impulso por la aplicación automatizada subraya una tendencia preocupante: la erosión de los derechos de privacidad y las libertades personales, con el uso de la incuestionable digitalización.

Un futuro de multas, restricciones y control digital

El horizonte cercano contempla la aplicación de multas automatizadas basadas únicamente en datos de emisiones, sin supervisión humana, sin el debido proceso. Esto se alinea directamente con la visión de WEF de una sociedad «inteligente» donde cada actividad es monitoreada y controlada.

Los datos se publican abiertamente para que cualquiera los examine, pero en realidad, se consolida un gran hemano, que puede castigar a cualquiera considerado un «delincuente» climático.

Climate TRACE no es una herramienta creada por una inocente preocupación climática; es una infraestructura de vigilancia que transforma el planeta en una prisión donde todo es controlado y regulado.

Su excusa de «salvar la Tierra» está entrelazada con la amenaza de una dictadura digital, como muchos sabemos bien, - donde se sacrifica la privacidad, se restringen las libertades y se impone el cumplimiento a través de la mirada omnipresente de los satélites impulsados por la IA.

Lo que comienza disimuladamente con pretexto del dudoso cambio climático va camino a convertirse en un sistema opresivo que destruye la privacidad, erosiona las libertades personales y establece un panóptico digital, donde cada acción es observada, grabada y castigada.

A medida que este sistema se acerca a su pleno despliegue, el futuro de la privacidad, libertad y humanidad depende de que se denuncien las verdaderas intenciones detrás de estos proyectos

Climate TRACE - Un panóptico digital para la vigilancia y el control
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