- El resultado de un esfuerzo global para digitalizar a impuesto el uso regular de dispositivos
- Estudios estan demostrando que smartphones, causan daños a la salud, incluso apagados
- La digitalización en vez de ayudar como se afirma, causará efectos negativos sobre la salud
En la búsqueda del desarrollo sostenible y la preservación ecológica, la digitalización se ha convertido en una realidad casi inevitable. La rápida proliferación de teléfonos inteligentes y tecnologías digitales se anuncia como un motor clave hacia un futuro más ecológico y eficiente, reduciendo el "desperdicio de papel", optimizando la comunicación y permitiendo una gestión de recursos más inteligente.
Sus defensores sostienen que la transición a plataformas digitales puede reducir significativamente la "huella ambiental" y promover la estabilidad ecológica a largo plazo. Sin embargo, las mismas herramientas que se promueven para el avance ecológico plantean graves riesgos para la salud, lo que expone una paradoja crítica en la campaña moderna de la sostenibilidad.
Las implicaciones para la salud por la exposición a smartphones
La evidencia científica emergente sugiere que las implicaciones para la salud de la exposición a teléfonos inteligentes son más preocupantes de lo que comúnmente se supone. Un estudio revisado recientemente descubrió datos alarmantes que indican que incluso un teléfono celular inactivo - simplemente encendido y cerca - puede inducir un agrupamiento anormal de glóbulos rojos en sólo cinco minutos de exposición.
Este descubrimiento es significativo porque la formación de tales agrupaciones, o rouleaux, puede tener profundas consecuencias fisiológicas. Estas agregaciones anormales de células sanguíneas aumentan la viscosidad de la sangre, perjudicando el transporte eficiente de oxígeno por todo el cuerpo, que es vital para la función celular y la salud general.
Las implicaciones de estos hallazgos se extienden mucho más allá del malestar inmediato o los síntomas transitorios. El apilamiento de glóbulos rojos puede contribuir a una serie de problemas de salud a largo plazo, especialmente si la exposición es frecuente o prolongada.
El aumento de la viscosidad sanguínea se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como diabetes, accidente cerebrovascular y enfermedades cardiovasculares.
Particularmente preocupante es el impacto en las poblaciones más jóvenes - adolescentes y adultos jóvenes - que están cada vez más inmersos en entornos digitales desde una edad temprana. Sus cuerpos en desarrollo y sistemas cardiovasculares pueden ser más vulnerables a los efectos pero persistentes de la exposición electromagnética de los teléfonos inteligentes.
Las normas de seguridad actuales de la FCC sólo abordan los efectos térmicos, ignorando los daños biológicos de otras fuentes.
El investigador principal del estudio, el Dr. Robert Brown, insta a la comunidad médica a investigar los efectos de la radiación inalámbrica y aboga por mantener los teléfonos alejados del cuerpo como medida de precaución. Con el 97% de la población que poseen teléfonos celulares, las implicaciones son alarmantes.
Brown argumenta que el establecimiento médico debe enfrentar el impacto de la radiación inalámbrica y que la carga de la prueba debe pasar de los escépticos a la industria tecnológica. A medida que las redes 5G se expanden y los dispositivos se vuelven ubicuos, la solución más simple es la distancia.
La digitalización lo único que producirá es daño a la salud y ambiental
La paradójica situación del desarrollo sostenible está clara: Por un lado, la tecnología digital representa una obligación hacia la responsabilidad ecológica: reducir el consumo de recursos, permitir el trabajo remoto y fomentar la conectividad global para reducir o mejor dicho controlar, las "huellas de carbono".
Por otra parte, estos mismos dispositivos, que son parte integrante de este distópico futuro digital, plantean riesgos potenciales para la salud que podrían socavar el bienestar social a largo plazo. Irónicamente, el pretexto de un mundo sostenible para justificar la intrusión digital obviamente compromete la salud humana.
La adopción generalizada de teléfonos inteligentes y dispositivos digitales contribuye a aumentar la exposición a la radiación electromagnética en la vida diaria. Si bien las normas reglamentarias tienen por objeto garantizar la seguridad, el efecto acumulativo de la exposición constante no puede ignorarse, especialmente en entornos densamente poblados de dispositivos inalámbricos.
