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La datación por radiocarbono ha evolucionado significativamente desde su introducción a finales de la década de 1940, dando lugar a numerosos conceptos erróneos entre creacionistas y evolucionistas. Algunos malentendidos comunes incluyen la creencia de que el radiocarbono se utiliza para datar la edad de las rocas, lo que no es el caso.
Otros métodos de datación radiométrica, como el potasio-argón o el rubidio-estroncio, se utilizan para determinar la edad de la Tierra, ya que sólo son aplicables a una escala temporal de miles de años y a restos de organismos una vez vivos.
Esto resulta en una edad de radiocarbono artificialmente vieja. El «efecto reservorio» no es un problema significativo para la datación por radiocarbono, ya que la mayoría de los artefactos utilizados para la datación provienen de organismos terrestres que obtienen sus átomos de carbono del aire.
Sin embargo, algunas afirmaciones sugieren que las muestras de carbón tienen edades de radiocarbono de 20.000 años o menos, lo que implica el origen reciente de los combustibles fósiles, posiblemente en el diluvio. Esta afirmación no está respaldada por una investigación auténtica y no se alinea con nuestra comprensión del impacto del diluvio en el radiocarbono.
Dos características de la medición instrumental del radiocarbono pueden llevar a tal afirmación: el instrumento no puede separar la señal debido al radiocarbono en la muestra de los procesos de fondo dentro del aparato, y es fácil contaminar una muestra con suficiente radiocarbono del entorno de investigación para darle una edad de radiocarbono aparente mucho menor que su edad real.
Los informes de edades jóvenes de radiocarbono para el carbón probablemente provengan de un malentendido de estos dos factores. Las mediciones realizadas utilizando aparatos especialmente diseñados y astutas técnicas de muestreo han producido edades de radiocarbono para antracitas superiores a 70.000 años de radiocarbono, el límite de sensibilidad de este equipo.
Los científicos creacionistas no han logrado obtener los datos brutos de la cronología más antigua de los anillos de árboles para investigar esta posible fuente de sesgo. Las tablas de calibración producidas a partir de anillos de árboles no apoyan el modelo convencional de estado estacionario de radiocarbono introducido por Libby, sino que apoyan la idea de que en el pasado se han producido perturbaciones significativas al radiocarbono.
Los creacionistas están interesados en la verdad, exponiendo áreas de debilidad y error en la interpretación convencional de los resultados del radiocarbono y sugiriendo mejores entendimientos congruentes con un modelo bíblico, catastrófico, de la historia de la Tierra. Radiocarbono tiene un potencial único para los estudiantes de historia de la Tierra que se adhieren a una creación reciente, ya que es aplicable en una escala de tiempo de miles de años.