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La predicción de Klaus Schwab de un Gran Reset sugiere que la gente "no tendrá nada y será feliz" con una consecuente pérdida de propiedad. Sin embargo, este no es el caso, ya que actualmente los individuos no tienen propiedad.
Los individuos ya no tienen derechos de propiedad sobre sus valores, sino que tienen "derechos de derecho". Este cambio se considera que sustenta el complejo de derivados, es mucho mayor que el PIB mundial. Los bancos individuales entre los más grandes del mundo tienen exposición derivada del tamaño del PIB mundial.
Los depósitos bancarios, acciones y bonos pertenecen a los acreedores de la institución depositaria, no a los individuos. Los activos se agrupan y sirven como garantía, independientemente de que estén o no etiquetados como "segregados". Esta pérdida de derechos de propiedad en activos financieros es lo que esta sucediendo en todo el mundo. La reescritura de los derechos de propiedad financiera parece ser obra de organismos reguladores, no de legislaturas.
El derecho a la propiedad termina cuando una institución depositaria tiene problemas financieros, ya que los acreedores garantizados pueden tomar inmediatamente los bienes del cliente.
Los depositarios centrales nacionales de valores están ahora agrupados y vinculados al depositario internacional, convirtiendo a los mega-bancos en acreedores privilegiados. La Reserva Federal permite a los grandes bancos crear filiales que poseen depósitos y transferir sus derivados a esas mismas filiales, asegurando que el banco permanezca estable.
Sin embargo, sólo sus filiales que tienen su dinero y valores son eliminados en caso de un colapso. La peor crisis financiera de la historia podría "resolverse" con la introducción del dinero digital, poniendo el control total en manos del poder político y sus amos.
La pérdida de propiedad en activos financieros. "No tendrás nada y serás feliz"
