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Un nuevo estudio del Consejo Atlántico revela que la creciente superposición entre el comercio mundial de armas y la industria de vigilancia secreta corre el riesgo de dañar la seguridad nacional de los Estados Unidos y crear el potencial de más abusos a menos que se introduzca una mayor rendición de cuentas.
La investigación, basada en 20 años de datos recogidos del comercio de cibervigilancia muestra ISS World y ferias de armas como la francesa Milipol, examina 224 empresas de vigilancia, su material de comercialización y las conocidas ventas de herramientas de vigilancia y hacking.
El informe también sostiene que numerosas empresas que comercializan internacionalmente, especialmente a adversarios de la OTAN, son «proliferadores irresponsables» y merecen más atención de los responsables políticos. El comercio es cada vez más global, con el 75% de las empresas que venden productos de vigilancia cibernética e intrusión fuera de su continente natal.
Recientemente, los gobiernos han adoptado algunas formas de control, como la adopción por la UE de normas más estrictas sobre tecnología de vigilancia y la promulgación por los Estados Unidos de normas de concesión de licencias más estrictas para vender herramientas de intrusión.
Expertos de las Naciones Unidas en derechos humanos han expresado su preocupación por el uso creciente de mercenarios en el ciberespacio, destacando el potencial de violaciones en los conflictos armados y los tiempos de paz. Piden una regulación más efectiva de la industria para proteger varios derechos, incluyendo la vida, los derechos sociales económicos, la libertad de expresión, la privacidad y la autodeterminación.
La industria de la cibervigilancia está llena de ofuscación, con empresas shell y revendedores comunes. La reciente acusación de ex personal de inteligencia estadounidense que trabaja para los Emiratos Árabes Unidos pone de relieve el potencial de capacidades desarrolladas por gobiernos amigos para ser utilizadas con otros propósitos de espionaje.
Los investigadores sugieren promulgar requisitos más fuertes de «conocer a su cliente» para la industria y limitar la asistencia de vendedores irresponsables a ferias de armas. También alientan la cooperación internacional para eliminar las leyes de exportación de lagunas y nombrar y avergonzar a vendedores y compradores irresponsables.