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Está circulando la nueva versión de la Ley de Competencia y Preservación del Periodismo (JCPA, por sus siglas en inglés), que permite a los medios de comunicación tradicionales, heredados y de izquierda formar carteles de medios excluyentes y los faculta con un extraordinario poder de negociación colectiva para coludirse con empresas de Big Tech.
Las enmiendas sirven para especificar con mayor especificidad cómo excluir a los medios conservadores y anti-establishment de cualquier supuesto beneficio. El nuevo JCPA contiene una disposición que permite a las empresas de medios «elegibles» que forman un cártel crear criterios de admisión para la membresía no relacionados con el tamaño de un proveedor de periodismo digital elegible o las opiniones expresadas por su contenido, incluyendo criterios para limitar la membresía a sólo editores elegibles o sólo emisoras elegibles.
Estos autodenominados cárteles de los medios de comunicación tradicionales y de izquierda no pueden excluir basados en el tamaño o «puntos de vista expresados por su contenido», pero se les permite excluir basados en los factores habituales y totalmente subjetivos que siempre hacen, tales como «confiabilidad», «noticias falsas», «extremismo», «desinformación», «discurso de odio», «conspiración», «política de corrección», «pericia» y «autoridad».
La conclusión es que cualquier conservador o independiente, o cualquier defensor de la libertad de expresión, mucho menos cualquier republicano, que no ve esta falla fatal está silbando más allá del cementerio y no es digno de apoyo político. Apoyar este proyecto de ley enmendado premia a los editores principales, heredados y de izquierda y a Big Tech al permitirles excluir a quien consideren que no es parte del club.