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Acerca del tema sobre «Rusia y el gran reset – ¿Resistencia o complicidad?». La Rusia de Putin nunca discutió el papel de la pandemia en la estafa del «gran reset». Peor aún en Rusia se utilizó la pandemia como una oportunidad para diseñar y reorganizar el mundo, centrándose en la vigilancia digital y el control sobre su población.
Las políticas antihumanas por covid destruyeron empresas, interrumpieron la educación y privaron a las personas de atención médica de rutina. A pesar de las sanciones que obligan al Foro Económico Mundial a cortar los lazos formales con Rusia, Rusia todavía mantiene una moneda digital, rejilla de control de reconocimiento facial, pasaportes de vacunas e identificaciones genéticas.
La «operación especial» en Ucrania no es una rebelión contra la tecnocracia y el teatro de bioseguridad, sino nuevos controles y regimentación draconianos en nombre de la salud pública, la seguridad nacional y la estabilidad económica. Los principales tecnócratas y estafadores del COVID de Rusia han sido nombrados miembros de una comisión encargada de proteger la economía del país de las sanciones occidentales.
Se ha inaugurado el Centro de Investigación y Desarrollo de Vacunas de los BRICS, cuyo objetivo es responder rápidamente a las «amenazas biológicas» y proteger a los países participantes. El ministro ruso de Salud Mikhail Murashko elogió la iniciativa, comparando los pasaportes de la vacuna como si fueran una «nueva vestimenta de moda».
Sin embargo, surgen preocupaciones sobre la estrecha asociación del gobierno ruso con AstraZeneca y otras compañías farmacéuticas occidentales que compiten por quedarse en Rusia.
Sí, Rusia es cómplice del Gran Reset
