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Un estudio realizado por investigadores ha encontrado que las ratas alimentadas con refrescos como Coca-Cola y Pepsi causaron daños significativos en sus cerebros, lo que llevó a problemas de memoria, deterioro cognitivo y angustia celular. Los investigadores dividieron a las ratas en tres grupos de edad: niños de 2 meses, 8 meses y 14 meses, y las dividieron en cohortes que beben agua y que beben cola y agua. Después de 57 días, las ratas fueron eutanasiadas para examinar cualquier diferencia en sus cerebros.
Al examinarlos, los roedores bebedores de agua estaban bien, mientras que los bebedores de refrescos, particularmente los niños de 2 y 8 meses, tenían peores recuerdos y una función cognitiva más baja que sus contrapartes puristas. El estudio también encontró que los grupos de refrescos tenían diversos grados de daño en la corteza frontal, que controla funciones mentales vitales como la atención, la memoria y el juicio, y el hipocampo, que juega un papel importante tanto en la memoria como en el aprendizaje.
El daño neurológico nunca es algo positivo, pero no ser capaz de abrirse paso a través de laberintos habría sido el menor de los problemas de las ratas si se les hubiera dejado con vida. En humanos, el daño a la corteza frontal se ha relacionado con cambios de personalidad y exceso de impulsividad