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Bolivia, bajo los gobiernos socialistas de Arce y Evo Morales, ha centrado su política exterior en alianzas con China, Rusia e Irán, convirtiéndolo en el «proyecto más exitoso» del régimen islámico para difundir su influencia en América Latina. Bolivia alberga algunas de las reservas de litio más grandes del mundo, estimadas en 23 millones de toneladas métricas.
Arce firmó una serie de contratos el año pasado para construir dos plantas de procesamiento de carbonato de litio con China y Rusia, entregando el control de dos de los mayores depósitos de litio del país a esos países. Rusia ha ampliado su influencia en Bolivia a través de un proyecto conjunto para la construcción de un centro de salud de irradiación polivalente en El Alto. Bolivia está interesada en ampliar su cooperación con Rusia y expresó su agradecimiento por los proyectos bilaterales existentes.
Putin describió el volumen comercial entre Bolivia y Rusia como «pequeño», pero dijo que tenía potencial de crecimiento en alta tecnología. El presidente socialista de Bolivia, Arce, presentó la candidatura de Bolivia para unirse al bloque de comercio y seguridad de los BRICS durante su participación en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo.