
La aplicación de una agenda digital que busca promover la sostenibilidad ecológica ha recibido una promoción constante. Una de las estrategias que pretende, consiste en aprovechar la inteligencia artificial y las tecnologías de vigilancia para imponer "comportamientos sostenibles".
Esta medida de controlar a los ciudadanos, plantea severas y grandes preocupaciones con respecto a la privacidad, la autonomía y la verdadera intención detrás de tales medidas.
Irónicamente, el despliegue de sistemas de vigilancia impulsados por la IA será a costa de un mayor consumo de recursos, en particular agua. En lugar de reducir el impacto ambiental, estas intervenciones tecnológicas conducirán obviamente a un mayor uso de recursos.
En consecuencia todos estos métodos destinados a frenar la contaminación, paradójicamente, se volverán la causa de la degradación del medio ambiente, ya que la infraestructura que apoya estas iniciativas digitales es dependiente de grandes recursos e ineficiente.
La vigilancia es propuesta para identificar la contaminación por los individuos, cuando en realidad no es útil en abordar las verdaderas raíces de la contaminación, que tienen su fuente en los negocios privados de las corporaciones e instituciones.
En cambio, lo único que logra es utilizar fundamentos ecológicos para establecer mecanismos de control social.
- Los residentes de Mansfield (Georgia) informan de problemas de abastecimiento de agua.
- Meta discute esto, afirmando que un estudio independiente de aguas subterráneas no encontró efectos adversos.
- Modelos de IA como ChatGPT pueden consumir cantidades significativas de agua, con estimaciones que van desde 700.000 litros a 185.000 galones.
Residentes en Mansfield, Georgia, han reportado problemas con su suministro de agua debido a la construcción de un centro de datos propiedad de Meta.
El centro ha sido acusado de causar acumulación de sedimentos, lo que ha llevado a los residentes a transportar agua y almacenarla para necesidades básicas.
Meta ha discutido esto, afirmando que un estudio independiente de aguas subterráneas no encontró efectos en las condiciones del agua subterránea.
La cuestión pone de relieve el uso del agua de los centros de datos, en particular los que alimentan modelos de IA como ChatGPT, que pueden consumir cantidades significativas de agua, con estimaciones que oscilan entre 700.000 litros y 185.000 galones.
El debate sobre el impacto ambiental de los centros de datos continúa, mientras las empresas tecnológicas prometen cumplir con la meta de "emisiones cero", como Amazon Web Services que está invirtiendo en iniciativas de conservación del agua.
La tensión entre estas tecnológicas y la contaminación ambiental sigue siendo una cuestión alarmante, especialmente en regiones como Georgia, donde el crecimiento de los centros de datos es rápido y la disponibilidad de agua es una preocupación crítica.

La agenda digital "sostenible", sólo es contaminante
https://www.bbc.com/news/articles/cy8gy7lv448o
https://gizmodo.com/chatgpt-ai-water-185000-gallons-training-nuclear-1850324249
https://medium.com/@vinodkumargr/chatgpt-data-centers-are-consuming-staggering-amount-of-water-study-warns-6cc1861c19ee
https://thedailyeconomy.org/article/chatgpt-wont-run-on-net-zero-dreams