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El Parlamento Europeo aprobó el Pacto de Migración y Asilo el 11 de abril de 2024, destinado a promover la solidaridad entre los Estados miembros, redistribuir a los migrantes y permitir que la UE anule las políticas de los Estados miembros durante las emergencias.
Sin embargo, con un número récord de migrantes que llegan a Europa y las poblaciones nacionales votando en una dirección más nacionalista, es probable que el pacto sólo se utilice para forzar a grandes poblaciones de extranjeros en las naciones blancas de Europa.
Los Estados que se nieguen a acoger a los solicitantes de asilo contribuirán financieramente al mantenimiento de los solicitantes de asilo en el resto de la UE, y se redirigirán los fondos a las operaciones de búsqueda y rescate y a las operaciones de seguridad fronteriza de la UE.
El Pacto de Migración de la Unión Europea tiene por objeto racionalizar el proceso de asilo de los migrantes que llegan a sus fronteras exteriores. El proceso incluye recolección biométrica de datos, exámenes de salud y vulnerabilidad, controles de seguridad y registros de antecedentes penales.
Sin embargo, la UE exige a los Estados miembros que aprueben o denieguen rápidamente la protección de los solicitantes de asilo, con un objetivo de seis meses para las primeras decisiones. Las solicitudes en primera instancia se aceptan a un ritmo del 46%, mientras que las solicitudes en segunda instancia o superiores y las apelaciones se aceptan a un 34% aproximadamente.
La mayoría de los migrantes permanecen formalmente en Europa, pero informalmente casi todos los que llegan se establecen en el continente europeo. El principal órgano del acuerdo no tiene por objeto reforzar la aplicación de las fronteras, aumentar las deportaciones o garantizar la seguridad de los europeos.