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La geoingeniería, una vez considerada una teoría de conspiración por los medios corporativos, se está promoviendo ahora como una solución al cambio climático. Sin embargo, estos experimentos se llevan a cabo sin el consentimiento humano y afectan negativamente al medio ambiente, el clima y la salud humana.
Una nueva ley en Tennessee ha bloqueado la geoingeniería en todo el estado, y si el público toma conciencia de estos experimentos antiéticos, todo Estados Unidos podría convertirse en una zona de exclusión aérea para los esquemas de modificación del clima. El gobierno mexicano prohibió los experimentos a gran escala inmediatamente.
Un informe de San Francisco, California, afirma que Estados Unidos está llevando a cabo su primera prueba al aire libre para limitar el calentamiento global, derivado de la modificación de la radiación solar. El proyecto, llamado CAARE, involucra inyecciones de aerosol en la estratosfera, bloqueando artificialmente el sol y haciendo que la población sea susceptible a partículas experimentales desconocidas.
El secreto que rodea a estos proyectos está empezando a desvanecerse, y las conspiraciones criminales se están volviendo más transparentes. La Alianza para la Deliberación Justa sobre Geoingeniería Solar trata de incluir a los países en desarrollo en las decisiones sobre geoingeniería y pide un marco regulatorio sólido para abordar la cuestión.