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La cuestión de si los seres humanos podrían vivir en una simulación informática sigue siendo un tema de debate entre los científicos. Una manera de responder a esto es construyendo uno de los nuestros, engañando al cerebro humano para que piense que una realidad generada por computadora es la realidad base.
Sin embargo, construir un conducto para una realidad generada por computadora es un desafío. Para convencer al cerebro de que perciba un ambiente falso como real, necesitamos aprovechar directamente su lenguaje. El investigador independiente Oleksandir Kostikov sugiere que las interfaces cerebro-computadora podrían permitirnos acceder directamente a los mundos virtuales.
El esquema propuesto permite la excitación controlada y la monitorización de una sola neurona, permitiendo un ancho de banda que puede transmitir una realidad artificial indistinguible de la realidad fisiológica. Esto nos permite ver, oír y sentir la realidad artificial, así como moverse activamente en ella. Kostikov propone una interfaz capaz de una tasa de transmisión de uno a uno para la cognición.
Sin embargo, persisten preocupaciones éticas, tales como si es moralmente aceptable dejar que la gente pase su tiempo en un mundo completamente inmersivo de su propia creación, lo que le sucede a nuestro cerebro si mantenemos una existencia fantasiosa por un período prolongado, y lo que sucede a los enfermos terminales o personas con baja calidad de vida.
Si bien la gente puede desear una realidad alternativa una vez que la tecnología esté disponible, es crucial considerar las consecuencias potenciales de elegir colectivamente realidades fantasiosas sobre la realidad.