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La activista por los derechos de las mujeres de Arabia Saudita «Real» utiliza Twitter para defender a las víctimas de violencia doméstica en el reino, compartiendo sus historias de moda en el país y en el extranjero. Su trabajo está lleno de riesgos, ya que está al límite después de que el precio de hablar en línea en Arabia Saudita se dejara claro este agosto.
El académico Nourah bint Saeed al-Qahtani fue acusado de «usar internet para romper el tejido social de Arabia Saudita» y sentenciado a 45 años de prisión. Salma el-Shabab, estudiante de doctorado, fue sentenciado a 34 años de cárcel por un puñado de tuits en apoyo de activistas y miembros de la oposición política del reino en el exilio. Kollona Amn, una aplicación móvil disponible para descargar desde la tienda Apple App y la tienda Google Play, permite a los ciudadanos comunes delatar a sus compatriotas.
Activistas de derechos legales dicen que en los últimos años han sido testigos de un aumento dramático en los casos judiciales que hacen referencia a la aplicación, ya que el actual líder del país, el príncipe heredero Mohammed bin Sultan, amplía el uso de la tecnología para inspeccionar, intimidar y controlar a sus ciudadanos en el país y en el extranjero. La represión de Arabia Saudita contra el discurso político y el activismo social en Twitter, una plataforma con 2,4 millones de usuarios registrados, tiene sus raíces en el temor a la opinión pública y el potencial de censura.
En mayo del año pasado, Lina Al-Sharif, una doctora que abogaba por los derechos humanos en Twitter, fue detenida bajo cargos desconocidos. En agosto de 2021, Tala Safwan fue arrestada por insultar al Islam después de que un video de TikTok en el que hablaba con una amiga fuera ampliamente compartido.
El deseo del gobierno saudí de reprimir el discurso político y el activismo social en Twitter está alimentado por la paranoia sobre la oposición política y el uso de la tecnología para perseguir a los críticos a través de las fronteras. En 2018, el gobierno saudí utilizó la aplicación Pegasus para espiar al periodista Jamal Khashoggi del Washington Post mientras estaba en Estados Unidos y Turquía. Un ex empleado de Twitter fue declarado culpable de ayudar al gobierno saudí a espiar a los ciudadanos que usaban la plataforma.