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Twitter ha sido expuesto por dirigir un programa secreto llamado Project Guardian, que prioriza a sus usuarios más prominentes y los protege de los ataques de «trolls y matones». El programa empuja las denuncias de contenido abusivo contra estos usuarios al frente de la cola de moderación, permitiendo a la empresa controlar qué contenido se vuelve viral y detener rápidamente la propagación de tuits desaprobados.
El jefe de integridad del sitio de Twitter, Yoel Roth, afirma que la decisión sobre quién incluir depende de la exposición de un usuario y también se utiliza para proteger a aquellos que se encuentran en el centro de la atención inadvertidamente debido a un tuit controvertido. La compañía afirma que carece de las capacidades para administrar su propia plataforma a escala, lo que significa que tiene que priorizar a los usuarios de alto perfil.