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El estado de vigilancia de la bioseguridad avanza rápidamente, lo que requiere datos biométricos como reconocimiento facial, escáneres de iris y huellas dactilares que se utilizarán para viajar en aviones y otros medios de transporte.
El rápido cambio a un sistema de vigilancia eventualmente conducirá a una identificación digital completa, comenzando con pasaportes de vacunas, rastreando todo lo que la gente hace y dondequiera que vaya.
El New York Times ha informado que la biométrica se está utilizando para automatizar y verificar la identidad, ofreciendo más seguridad y eficiencia en los aeropuertos.
La necesidad de distanciamiento social y de interacciones sin contacto se ha sumado a la urgencia de estas tecnologías. Muchos de los últimos desarrollos biométricos utilizan reconocimiento facial, que es al menos 99,5 por ciento preciso, en lugar de iris-escaneo o huellas dactilares.
Cuanto más aceptamos y utilizamos estos sistemas biométricos interconectados, más datos personales proporcionamos a los gobiernos, corporaciones, fuerzas del orden, Big Pharma, Big Tech, agencias de inteligencia y organizaciones criminales que pueden utilizar esta información para mantenernos atrapados en un sistema tecnocrático de esclavitud.