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El bloqueo económico de marzo de 2020 fue un momento impactante en la historia, ya que tenía como objetivo combatir una enfermedad supuestamente «mortal» deteniendo la actividad económica. El bloqueo se anunció inicialmente para ser dos semanas, pero con el paso del tiempo, se hizo evidente que todo el punto era esperar a una vacuna.
La economía mundial se estrelló completamente por intención y fuerza, como nunca antes se había visto en los tiempos modernos. Los mercados laborales nunca se han recuperado, tanto la participación laboral como la relación empleo/población permanecen por debajo de 2019.
La narrativa convencional del crecimiento económico durante los bloqueos sugiere que la producción no ha aumentado, sino que se ha detenido hasta que la economía volvió a la normalidad. Sin embargo, esto no es del todo exacto debido a la inclusión del gasto público como un contribuyente significativo al crecimiento económico y un ajuste de la inflación menor que el Índice de Precios al Consumo (IPC).
Los datos de la Oficina de Estadísticas Laborales no reflejan los precios reales de la industria, y los ajustes hedónicos permiten a los burócratas volver a renderizar los precios de los productos con calidad cambiada. Además, se excluyen la mayoría de las principales formas de contracción y las tasas añadidas, lo que dificulta determinar el alcance de estos factores.
La crisis económica mundial de 2020 vio la polarización de las cadenas de suministro, con los fabricantes de chips pasando de EE.UU. a las esferas de influencia asiáticas. Los Estados Unidos despolarizaron los activos rusos, dando más impulso a los BRICS.
Los derechos de propiedad no eran seguros, con muchas pequeñas empresas cerradas, afectando la formación de negocios y evitando las startups. Los niveles de deuda estaban fuera de control, afectando a sectores personales, corporativos y gubernamentales.
Las monedas digitales del Banco Central (CBDC) fueron esencialmente promocionados para la respuesta de Covid, sucitando quejas empresariales y fallas en el software. En realidad la moneda digital del Banco Central permite la vigilancia universal, plazos de vencimiento de la moneda y racionamiento de gastos dirigido.
Los mercados financieros no han experimentado una grave crisis en los últimos cuatro años, a pesar de la expansión del dinero y el crédito. Los bloqueos han sido la mayor farsa económica del mundo en la historia de la humanidad, dejando al mundo menos libre y menos próspero.