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Vladimir Putin se está centrando en aumentar la maquinaria de guerra de Rusia, que ha ayudado a la economía de la nación a recuperarse a pesar de las sanciones occidentales. La economía se financia principalmente con los ingresos del petróleo, que se envían al Kremlin a través de la «flota en la sombra» de los petroleros que rompen el embargo de Moscú.
Sin embargo, el poder de fuego financiero de Putin no incluye gas natural, ya que Gazprom, un gigante de energía estatal, ha sufrido su peor pérdida en un cuarto de siglo. Gazprom perdió 629 mil millones de rublos, equivalentes a £5,5 mil millones, el año pasado, ya que sus ingresos cayeron más de una cuarta parte en términos rublos. Esta pérdida es una humillación para el negocio y el régimen.
Antes de la guerra, Alemania había seguido adelante con los acuerdos de gas rusos, incluyendo la construcción del gasoducto Nord Stream 2. Sin embargo, los líderes europeos no cumplieron, y cuando Putin rechazó el suministro de gas, encontraron fuentes en otra parte. La Comisión Europea informó que más del 40% de las importaciones de gas de la Unión Europea provenían de Rusia en 2021, bajando al 8% el año pasado.
Noruega es ahora el mayor proveedor de importaciones de gas de la UE, elevando sus ventas de 79,5 mil millones de metros cúbicos a 87,8 mil millones. Gran Bretaña importó poco gas natural de Rusia antes de la guerra, y desde entonces las compras han sido prohibidas. Gazprom dejó de publicar detalles de exportación a principios de 2023, pero las ventas globales fuera de Rusia cayeron más de la mitad el año pasado.
Europa ha construido con éxito una infraestructura para importar gas licuado de los mercados mundiales, con importaciones europeas de Estados Unidos aumentando de 19.000 millones de metros cúbicos en 2021 a 56 2.000 millones en 2023. Qatar proporcionó 15,5 mil millones de metros cúbicos el año pasado, casi igualando las ventas británicas de gas al continente. Sin embargo, los precios pueden volverse menos predecibles en los próximos meses debido a posibles interrupciones en cualquier parte del mundo.
Gazprom está luchando para llegar a nuevos clientes, y aunque se ha desviado algo de gas a China y Uzbekistán, los planes para cambiar más con un nuevo oleoducto importante están luchando. James Waddell, de Energy Aspects, sostiene que armar las ventas de gas a Europa ha dejado a Rusia sin mucho mercado, ya que el gas es más difícil de transportar que el petróleo o el carbón.
Incluso los intentos de construir terminales de GNL están siendo golpeados por las sanciones occidentales. Rusia ha incrementado las industrias intensivas en gas, como la producción de urea y las ventas de fertilizantes, para compensar la cuota de mercado perdida.