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El autor, un transhumanista secular, cree en la posibilidad de resucitar a los muertos a través de la impresión 3D, un concepto conocido como arqueología cuántica. El autor cree que el mundo subatómico es sólo un rompecabezas de números esperando ser calculados por microprocesadores super sofisticados. La historia del transhumanismo refleja la historia del microprocesador, que sigue evolucionando exponencialmente.
El autor cree que los humanos se fusionarán con máquinas súper inteligentes para sobrevivir indefinidamente y prosperar en el mundo futuro. Si los humanos no se fusionan con las computadoras, pronto se convertirán en una especie poco inteligente en comparación con la inteligencia de la máquina que existirá.
Las empresas en California ya están trabajando en prótesis neuronales diseñadas para conectar nuestros pensamientos a computadoras. El autor enfatiza la importancia de entender la fuerza motriz detrás de esta tecnología radical y el paisaje anti-muerte del movimiento transhumanista.
Las universidades están desarrollando ojos robóticos, implantes que pueden arrancar autos, abrir puertas y pagar cosas, y los biohackers están considerando reemplazar las extremidades por otras robóticas.
Los transhumanistas creen que para alrededor de 2050, tenemos una buena oportunidad de superar la mayoría de las formas en que las personas enfrentan la muerte biológica. Los profesionales médicos, como el Dr. Aubrey de Grey, están de acuerdo en que para entonces, podremos frenar el envejecimiento con varios medicamentos y tecnologías.
Sin embargo, el panorama en evolución de los objetivos de extensión de vida del transhumanismo incluye subir recuerdos y personalidades a las máquinas, usar criónica para congelarse y usar IA para inmortalizar las cuentas de redes sociales.
Los hologramas, como los creados por Magic Leap, pronto pueden interactuar con los vivos y leer libros a los niños. Las miradas-alias robot de los seres queridos también pueden venir pronto, con algunos capaces de llevar a cabo conversaciones y mostrar emoción básica.
La pregunta más importante es qué estará disponible una vez que el microprocesador sea 100 veces más potente que ahora, especialmente con la computación cuántica.La investigación física en el siglo XXI se está aplicando a la nanotecnología, lo que nos permite construir formaciones moleculares y atómicas, lo que conduce a la mejora de las capacidades de impresión 3D para la arqueología cuántica.
La arqueología cuántica pretende recrear a los muertos en el presente, utilizando el poder computacional para hacer ingeniería inversa de partes de nuestra galaxia o casi todo el universo para determinar cada chispa de energía, movimiento, momento y pensamiento que haya sucedido en ella.
La configuración de tales matemáticas no es tan compleja como suena, y la industria de impresión 3D está creciendo exponencialmente cada año. En unos 30 años, podremos imprimir cualquier cosa, incluyendo células humanas, ADN e incluso recuerdos, algo que los científicos ya hicieron con ratones en 2017.
La arqueología cuántica no se trata sólo de detener el envejecimiento y superar la muerte, sino también de perfeccionar la arqueología cuántica. A medida que continuamos explorando las posibilidades de la nanotecnología, no somos sólo partes del universo, sino creadores de la vida humana, pasada o presente.
Los transhumanistas y los grupos de longevidad abogan ahora por los muertos resucitados, a pesar de las posibles consecuencias negativas. Algunos pueden no querer regresar, mientras que otros pueden encontrar el mundo actual demasiado diferente.
Los suicidios pueden elevarse, y los testamentos pueden requerir una cláusula de «no resucitar». La superpoblación y la seguridad social también serán cuestiones importantes. Sin embargo, la mayoría de la población mundial abraza estas ideas a través de sus creencias religiosas, con más de 4 mil millones de cristianos, musulmanes, hindúes y budistas viendo la otra vida de manera similar.
El microprocesador y sus crecientes capacidades de inteligencia están creciendo rápidamente, haciendo que la reconstitución de los muertos como personas vivientes en el presente sea una posibilidad distinta para el futuro. A finales de este siglo, los seres humanos podrían transformarse en varias formas, incluyendo robots, cyborgs, especies biológicas y datos puros.