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Más de 75.000 residentes del Reino Unido se han comprometido a no pagar sus facturas de electricidad este otoño debido al aumento de los precios. El grupo, «Don ‘t Pay UK», está liderando un esfuerzo para que más de un millón de británicos boicoteen el pago de su factura de energía para el 1 de octubre.
La huelga se produce porque los altos precios de la energía han destruido los ingresos de los hogares, y el hogar promedio paga casi 300 libras al mes por el poder. El Banco de Inglaterra (BoE) advirtió que esta tendencia es insostenible y podría dar lugar a inestabilidades sociales.
La huelga es similar a la protesta contra el impuesto electoral interpuesto por la PM Margaret Thatcher a finales de los años 80 y 90. El periodista financiero y locutor británico Martin Lewis describió el movimiento como un aumento en las personas que piden un impago de las facturas de energía, efectivamente una huelga de consumidores en las facturas de energía.
El jefe ejecutivo de Ofgem (regulador de energía del Reino Unido), Jonathan Brearley, defendió el movimiento, afirmando que aumentaría los costos para todos y que si la gente se enfrenta a dificultades para pagar su cuenta, debería ponerse en contacto con su compañía de energía.
El gobierno del Reino Unido golpeó al movimiento, calificándolo de «altamente irresponsable» y prediciendo que 6,3 millones de hogares del Reino Unido serán empujados a la pobreza de la factura eléctrica este invierno. La participación del movimiento podría ser un excelente representante del creciente descontento entre los británicos que podría resultar en disturbios civiles este invierno.