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Los funcionarios de Turkmenistán finalmente están tratando de cerrar un sumidero de 230 pies de ancho en el desierto de Karakum, conocido como las «Puertas del Infierno», después de cincuenta años de continua quema.
La causa del incendio es desconocida, pero una teoría sugiere que la Unión Soviética lo incendió en los años 70 para la extracción de recursos. Se creía que el sumidero estaba lleno de gas peligroso, y los soviéticos lo incendiaron, esperando que se quemara rápidamente. El presidente de Turkmenistán, Gurbanguly Berdimuhamedov, declaró la fosa como un destino turístico después de intentar sin éxito detener la quema en 2010, con miles de personas visitándola cada año.
Si Turkmenistán puede apagar el fuego con éxito, Estados Unidos podría aprender de sus incendios a largo plazo, como el incendio de Centralia en Pensilvania, que podría continuar ardiendo por otro siglo. Aunque los depósitos de carbón y gas natural son diferentes, Estados Unidos podría beneficiarse del plan de Berdimuhamedov para detener sus propias llamas.